Primera_cita

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Imaginó tanto aquel encuentro inminente que entrada la noche, y a menos de nueve horas, se quedó desesperada y desorientada en la cama, como una cucaracha recién rociada con insecticida, estancada contra la superficie, boca arriba, moviendo inútilmente las patitas, buscando el oxígeno que ya no llega. Temerosa de quedarse como ellas a esperar la muerte, hizo un sobreesfuerzo y se volteó dándole la espalda al miedo.

1 comentarios:

Didac Udagoien dijo...

hubiera sido mejor,
creo,
humillarlo mirándolo a los ojos,
hundirlo con decisión y un poquito
de temeridad.

creo.