Hacer de tripas corazón

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Han pasado tres días y sigue con el cuerpo raro. La situación actual se le queda grande, no sabe qué hacer ni qué decir, y las horas le pasan tan despacio que sencillamente, se está volviendo loco.

Por un lado, le incomoda sobremanera no poder olvidar el asunto ni siquiera cuando está trabajando; cualquier momento es bueno para visualizar involuntariamente (o eso es lo que dice él) las casi dos horas que duró aquello. Por otro, se le revuelve el estómago cuando piensa lo injusto que fue siete u ocho años atrás, cuando por quedar bien con los demás tíos de clase, hacía de tripas corazón. Por si fuera poco, el maldito mensaje de texto del domingo por la tarde le recuerda incansable que no habrá segunda parte.

Alguien entra en la tienda, se mete la camisa por dentro y se abrocha el pantalón. “Disculpe, enseguida salgo, estoy en el almacén”, dice sofocado. Ahí está. No puede creerlo. No es el único. El mundo es un pañuelo, se va. Él sale a la calle, la observa marcharse mientras huele el inaccesible perfume de sus cabellos.

5 comentarios:

Javier Juan dijo...

Imeta!!

Fea dies que no entraba al teu blog, i més encara al meu. Allà tot continua igual, obviament.

No sé, m'agradaria publicar algo, pero no sé què. Tinc coses escrites, però no son coses que m'avellixque publicar pa que les veigue tothom...

Tonc el cap ple de coses i no sé per on començar a escriure!

Besitos.

Taiyo Jean Omura dijo...

bueno blog
blogueno

hacer das tripas corazón
hacer del mundo cancion
poesia viva, vivante cantriz
da ilusion

Campanula dijo...

Tu manera de escribir es genial, tus cuentos son muy agradables y novedosos, espero seguir pasando por aca.
Un saludo

Inma de Reyes dijo...

Inalcanzable perfume de sus cabellos...
Simplemente, me encanta.

El peregrino dijo...

Llego tarde ¿o realmente nadie sabe qué pasó tres días antes?
¿Podemos dejarlo a la imaginación?
Buena entrada.